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Zapatos de colegio: Elegir bien evita molestias y enfermedades

Actualizado: 2 mar 2020



Cuando ya estamos a un paso del inicio de clases los temas escolares se toman la agenda pero no solo se trata de dónde encontrar el mejor precio para los útiles sino también como ayudar a que se sientan más cómodos y disminuir los riesgos que puede provocar por ejemplo la elección de un zapato inadecuado.

Por ejemplo, un calzado incorrecto usado a diario y por casi ocho horas puede ser el responsable de la aparición de hongos, mal olor, lesiones en tobillos, dolor en las articulaciones y mala postura, entre otros. También es importante tener en cuenta que el pie deja de crecer en las mujeres a los 15 años y en los hombres, a los 18, por eso es indispensable el cambio de zapato escolar anualmente.

Una de las primeras cosas a considerar es el material de qué están hechos y que aparece en la etiqueta. Según explica Diana Estay, Collection Manager categoría Escolar de Bata: “En el caso de la capellada o aparado se recomienda que sea 100% cuero, porque además de la duración en el tiempo, permite que el pie respire y esté mucho más cómodo, debido a su mejor ajuste al pie. El forro debiera contar con un 60% de algodón, para absorber y eliminar la humedad, y un 40% de polyester o, en su defecto, ser 100% textil con algún tipo de acabado antibacterial, aportando firmeza al material”.

En relación a la planta la profesional destaca que “se recomienda la goma o TPR como el material más confiable, pues tiene una excelente adherencia al suelo, resistencia al desgaste y es flexible. Y la plantilla debe tener algún acabado de tecnología antibacterial como lo es el Ortholite o Aegis, que evita la aparición de hongos indeseados y malos olores”.

Además comparte algunas ideas a considerar a la hora de elegir el calzado escolar:


  • Optar por productos flexibles, pero firmes, ligeros, y con punta amplia.

  • Comprar los zapatos junto a los niños, para que puedan probarse ambos pies, caminar y ver posibles molestias. Se recomienda hacerlos al final del día, cuando el pie está más hinchado.

  • Para saber si la talla es la correcta, debe existir un espacio de entre 0,5 y 1 centímetros entre el dedo más largo y el zapato. Una forma sencilla de comprobarlo es meter el dedo por el talón con el niño de pie. Si entra con soltura, es su talla. También debe evaluar que el ancho del zapato no apriete ni quede suelto.

  • El pie debe entrar en el zapato sin calzador.

  • Siempre probar el calzado con el tipo de calcetín que se usará regularmente.

  • Preferir la seguridad antes que la moda y evitar los zapatos con tacón o plataformas, ya que producen torceduras de tobillo.

  • No caer en la tentación de comprar una talla más grande para estirar la durabilidad del zapato, ya que puede provocar caídas y, por supuesto, incomodidad.

  • No usar zapatos de otra persona o heredados de los hermanos; esto provoca el contagio de hongos, bacterias y aumenta la posibilidad del desgaste del zapato.

  • Los orificios por donde pasan los cordones tienen que ser metálicos, para evitar que se rompan al ajustar el zapato.


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