Francisca Larraín (44) desde hace meses corre una carrera que nunca imaginó, la que la lleva a enfrentar el cáncer, un cáncer de mama que llegó como muchos en forma inesperada y a cambiarle a la vida a ella y a todos los que la rodean.
Casada hace 19 años, dos hijos y dos perras conforman su familia inmediata, también sus cinco hermanos están cerca. Francisca es relacionadora pública y se ha dedicado a la venta de publicidad online. Fue en febrero del 2018 que decidió abrir una cuenta de Instagram para relatar su experiencia con la enfermedad, al mes ya tenía más de 1200 seguidores. En las redes sociales se la conoce como Corredora por la vida, un nombre que surgió de un premio que le dieron sus compañeras de curso, y no es solo un nombre, ella corre, lo que llaman una runner, y esta actividad ha sido parte de las terapias que ha usado para sanarse de esta experiencia que comenzó en agosto pasado.
Hace pocos días terminó su largo periodo de quimioterapias de esas que a muchos dejan abatidos pero que ella enfrenta con una enorme sonrisa y una cabeza calva que luce sin incomodidad y sin notar más de alguna mirada indiscreta.
¿Cómo has sobrellevado esta experiencia?
Mi experiencia ha sido positiva, me he sentido bien y le he dado la vuelta para verlo desde el lado en qué me pueda beneficiar. Nunca me pregunté ¿por qué a mí? Si no que me di cuenta que me descuidé, eso por un lado, porque trabajé mucho y desde chica, incluso en el colegio vendía chalecos de La Ligua por ejemplo y después trabajé para pagar mis estudios por lo que estudié de noche. Nunca lo entendí como un castigo. Hay que apechugar, literalmente, y lo veo como una segunda oportunidad de vida porque aprendí que uno muchas veces se engancha de cosas que no valen la pena. Ahora agradezco más y eso lo quiero compartir.
Llama la atención que durante todo el periodo de quimioterapia no has dejado de correr…
Hace cuatro años empecé a correr y descubrí una pasión en esto. Justo me estaba entrenando para la media Maratón de Viña que era en octubre, un hermano que es triatleta me estaba ayudando además con la alimentación y fue en ese periodo que me dieron el diagnóstico y me cambiaron la carrera pero he seguido corriendo, es algo que me apasiona.
¿Y cómo recibiste la noticia?
Me pilló en mi mejor momento físico y emocional. Tengo además el apoyo de mi familia y dos ángeles guardianes que me acompañan en todo el proceso: mi marido y mi hermana, ella ha estado conmigo en las quimio y me hace reiki. La única vez que no me acompañó no me sentí muy bien por eso nunca más dejó de estar ahí.
¿Por qué abriste la cuenta de Instagram Corredora por la vida?
Es una forma de ayudar. No todas las personas viven lo mismo, algunas lo toman muy mal. Cuando me dieron el diagnóstico busqué información pero no encontré lugares donde saber más. Quise dar el testimonio de una mujer normal, de mi dieta, la que cambié, de mis actividades y cómo me ayuda el correr.
¿Cómo lo ha tomado tu entorno?
Se han sorprendido de cómo lo he llevado. Yo soy súper sensible y pensaron que me iba a costar más, pero esto ha sido un aprendizaje para todos. También es una prueba para las parejas y pasan cosas muy lindas como el que se ha acercado mucha gente a darme su apoyo.
¿Y cuándo decidiste andar a cabeza descubierta?
Apenas supe que se me iba a caer el pelo pensé en usar peluca y descarte el pañuelo porque encontré que daba apariencia de enferma. Me pelaron mi marido y mi hija y lo hicieron con tanto amor y me dijeron tanto que me veía linda y bien que me creí el cuento (ríe). A veces para ciertas cosas uso peluca pero el resto del tiempo ando sin ella. Pero me maquillo y me arreglo, eso no he dejado de hacerlo nunca.
La próximas etapas para Francisca serán la radioterapia y operación, las que enfrenta con tranquilidad y confianza y esa gran sonrisa que la caracteriza.
Instagram: @corredoraporlavida
Facebook: Corredora por la vida
Fotógrafo: Juan Sebastián Vial
Mail Jsevial@gmail.com @sebastianvial @Sebastian vial foto Maquilladora: Barby Meza @barbypelirroja
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