Casi estamos entre los top ten mundiales, pero en realidad no es algo que nos enorgullezca. En realidad somos el 11 -de entre cien países- de los que más consumen plástico, esto según The Plastic Waste Makers Index, elaborado por la asociación australiana Minderoo Foundation.
Claro que no es todo, entre los diez primeros no hay ningún otro integrante de nuestro continente. Esto no nos deja en muy buen pie si además consideramos que no reciclamos este material con el mismo interés.
Se estima que en Chile consumimos 51 kilos por habitante al año, más que nuestros vecinos, y que hay 130 millones de toneladas métricas en el mundo de este material, la mayoría de las cuales terminan en vertederos, rellenos sanitarios o directamente en el océano.
La situación se ha vuelto aún más crítica durante la pandemia. Así asegura Jadille Mussa, Académica de la Escuela de Arquitectura y Paisaje de la Universidad Central: “La ONU ha señalado que el uso de plásticos desde el 2020 ha aumentado de manera asombrosa, no sólo por miles de millones de mascarillas, sino también guantes, desechos médicos y empaques de comida para llevar. Más del 70% de este terminará en océanos y vertederos y aproximadamente un 12% será quemado causando contaminación y enfermedades en las zonas más vulnerables del planeta”.
En este escenario, y considerando que los elementos plásticos tienen funcionalidades que motivan su uso, “los envases compostables surgen como una alternativa para la problemática ambiental que está provocando la pandemia a partir del uso indiscriminado del plástico”, asegura Mussa, añadiendo que “esto adquiere una gran importancia desde el EcoDiseño. Se trata de pensar los productos antes de su construcción y ocupar materiales que ayuden a la no generación de residuos”.
Dentro de esa línea, en Chile han surgido distintos emprendimientos que buscan erradicar los plásticos de un solo uso. Uno de ellos es I Am Not Plastic, que pone a disposición productos que mantienen la comodidad y versatilidad del plástico, pero evitan sus consecuencias negativas ya que están elaborados a partir de materias primas 100% biodegradables y compostables. Con todas las certificaciones que lo avalan, el film adherente, bolsas de basura y multiuso con cierre hermético, bombillas y bolsas para desechos de mascotas de esta marca nacional, son un buen camino para que las personas contribuyan a solucionar esta problemática sin moverse de sus casas, dado que en un compost pueden degradarse en sólo 6 meses, versus los más de 500 años que demora el plástico tradicional.
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