El calor, las vacaciones y el agua son una gran combinación pero si no tenemos ciertas precauciones pueden jugarnos una mala pasada y dejarnos con un mal recuerdo a causa de la otitis del nadador.
Esta se produce a causa de la mayor cantidad de baños que se realizan en el agua ya sea del mar o piscinas. Tal como explica la fonoaudióloga Gloria Sanguinetti, analista de audiología y calidad de GAES Chile: "Esto hace que la piel que recubre el conducto auditivo externo esté más expuesta a la humedad y al ingreso de agua. Esta, a veces, se queda retenida en el mismo conducto y favorece la contaminación de la piel de la zona. A partir de esa contaminación o infección, se producen una serie de fenómenos inflamatorios que son los responsables de la sintomatología ".
Para evitar que ocurra ser aconseja seguir las siguientes recomendaciones :
No rascarse los oídos. Al introducir algo al conducto se generan microerosiones en la piel, lo que da lugar a pequeñas grietas y al ingreso de gérmenes. No usar cotonitos.
Aseo profesional. La limpieza de oídos en esta época debe realizarse con un profesional. Nunca en la casa.
Secar bien. Lo primero es secarse con toalla por fuera del oído. Después si al llegar a casa se percibe humedad se puede recurrir al secador, pero sin emitir el chorro de aire caliente directamente al conducto auditivo.
No usar tapones. Estos no evitan que ingrese el agua en un 100%, empujan la cera y causan lesiones en la piel. La excepción es si se sufre de una patología al oído medio y el especialista lo indique.
Asimismo, la profesional considera que “la otitis del nadador suele causar bastante dolor y si éste se prolonga con el paso de las horas se debe acudir al especialista para que éste valore la situación y adopte las medidas adecuadas”.
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