La oficina de hoy, probablemente es muy distinta al lugar de trabajo al que fueron nuestros abuelos o incluso nuestros padres. Quizás si hablamos de espacios destinados al networking, las generaciones mayores no entiendan de qué se trata o les sorprenda el hecho de que las oficinas actuales sean más que sólo un “mar de escritorios”.
La pandemia cambió los modelos de trabajo, y hoy la fuerza laboral exige más flexibilidad, especialmente con respecto a dónde, cuándo y cómo trabajar. La oficina no quedó al margen de este cambio y su diseño tampoco escapa al concepto de flexibilidad: en los últimos años, el espacio de trabajo se ha redefinido como un centro de colaboración y productividad, y su diseño ha evolucionado para respaldar este cambio, facilitando la interacción social que no ocurre cuando se trabaja desde la casa.
Tradicionalmente, las oficinas se configuraban con puestos asignados a cada trabajador, quien usaba el mismo sitio todos los días. Con la llegada de los espacios de trabajo flexibles, las organizaciones evolucionaron, permitiendo a los colaboradores elegir un espacio que sea más propicio para su función, poniendo a su disposición espacios de colaboración y salas de reuniones, además de su puesto individual.
Empresas como WeWork, -líder mundial en espacios de trabajo flexibles-, han redefinido el diseño de los espacios de trabajo, a través de la incorporación de áreas amplias y abiertas, espacios para el descanso, y una estética cuidada que incorpora los elementos funcionales propios de una oficina. “Tenemos un profundo conocimiento del efecto que el espacio físico tiene en las personas y la forma en que puede actuar como un facilitador para inspirar, involucrar, crear e interactuar”, señala Marcos Tonnelier, Architecture & Design Manager de Wework Latam.
De acuerdo a un estudio realizado por la Universidad de Harvard en 2019, los espacios de trabajo que cuentan con ventilación adecuada, iluminación natural y áreas de descanso accesibles, pueden incrementar la productividad hasta en un 26% y disminuir en un 30% los niveles de estrés y ansiedad entre los trabajadores. Asimismo, los colores, texturas y la distribución espacial de los elementos en el lugar de trabajo, tienen un impacto directo en la motivación y el bienestar emocional de las personas.
La tendencia hacia la creación de espacios de trabajo que no solo atiendan a las necesidades funcionales, sino que también promuevan una experiencia laboral enriquecedora, está ganando terreno. Contar con un espacio -o varios-, cómodo y funcional que responda a las necesidades de los trabajadores, también es parte de las exigencias que las empresas deben tener en cuenta al momento de atraer y retener talento.
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