Por José Manuel Escala, urólogo infantil y fundador de Corporación Renal Infantil MATER
Escalofríos me dio conocer la dramática cifra del Ministerio de Salud que arrojó que 44 mil personas fallecieron mientras esperaban a ser atendidas en una lista de espera durante el 2022. De ellas 38.564 esperaban una atención de especialidad o una cirugía no incluida en el plan AUGE.
Me estremece comprobar que las listas de espera siguen siendo el gran dolor de nuestro sistema de salud pública. Es increíble ver que muchos centros hospitalarios en regiones no cuentan con especialistas para poder diagnosticar correctamente a las personas ni con cirujanos para poder darles el tratamiento a tiempo. Otro factor que incide en el engrosamiento de las listas de espera, es que en los centros hospitalarios públicos no suelen funcionar a toda capacidad, no emplean todas las instalaciones o infraestructura disponible, un claro ejemplo es el la subutilización de los pabellones, los que suelen ocuparse solo en “horario hábil”.
Y aunque suene pesimista, estoy convencido de que el Estado por sí solo no podrá reducir las listas de espera de los hospitales en el corto plazo. Necesita el soporte de otros organismos de la sociedad civil y por la salud de ciento de personas, es primordial que las autoridades entiendan este punto si realmente quieren dar una solución rápida a la situación, al menos, de las patologías no AUGE.
Y eso no se trata de dejar en manos de terceros la responsabilidad, si no de buscar las alternativas que permitan alcanzar el objetivo y apoyarlas. Comprometerse con la causa. La voluntad del personal médico existe y la buena disposición de los privados también.
Sin ir más lejos, la Corporación Renal Infantil MATER (institución que presido) y la Sociedad Chilena de Cirugía Pediátrica (SCHCP) el año pasado firmaron un convenio que tiene por objetivo reducir las listas de espera de patologías no AUGE a nivel nacional y colaborar para que menores de todos el país accedan a tratamiento quirúrgico oportuno.
En ese contexto es que en enero cuarenta y un niños entre 1 año 7 meses y 16 años que habían sido diagnosticados con patologías como Fimosis, Criptorquidias y Hernias Inguinales, fueron intervenidos quirúrgicamente en el Hospital de Constitución por un equipo médico voluntario que viajó especialmente para concretar esta iniciativa. Algunos de esos pacientes esperaban la cirugía desde el 2019; varios habían sido derivados a Talca, pero necesitaban la resolución quirúrgica y las intervenciones se iban hacer allá, lo que implicaba que los pequeños debían trasladarse hasta allá con sus familias tanto para la cirugía como para los controles posteriores, y gracias a este iniciativa privada se pudieron resolver en su ciudad antes del tiempo en el que probablemente hubiese ocurrido y lo que es más relevante para los pequeños es que pudieron estar acompañados por sus familias y recuperarse en sus casas.
Además, de los niños tratados quirúrgicamente se logró sacar de la lista a otros diez niños que por al ser evaluarlos por el equipo del operativo se detectó que el problema yo no estaba o bien el diagnóstico no correspondía. Hay que tener en cuenta, que el tipo de enfermedades tienen un tiempo de resolución que puede alcanzar los tres años en listas de espera e incluso más, esto porque al ser de baja complejidad no tienen carácter de urgencia. El riesgo es que, lamentablemente, no se toma en cuenta que de no solucionarse en el corto plazo podría comprometer aún más la salud de los menores.
El operativo en Constitución, como tantos otros que hemos realizado con anterioridad en otras localidades, es el resultado de un esfuerzo conjunto de muchas personas e instituciones que ven con preocupación el largo tiempo que muchos niños deben esperar para poder recuperar su salud. A la fecha hemos podido tratar a más de 700 niños en más de 50 operativos realizados de Arica a Coyhaique.
Nuestro objetivo para este 2024 es realizar este tipo de operativos tres veces por semestre e incluso ampliarlo a áreas como la cirugía plástica, torácica y neonatal. Pero lograr esa meta depende exclusivamente de disponer los recursos necesarios para financiarlos. Por eso, hago un llamado urgente a los Gobiernos Regionales y a las autoridades locales que tienen recursos, los asignen a nuestros proyectos de resolución de listas de espera. Los niños y adolescentes de nuestro país no pueden seguir esperando. Y la solución es prácticamente inmediata; por lo menos, de las cirugías de baja complejidad.
Insisto, esto se trata de voluntad, de ordenar prioridad y de compromiso por parte de todos los actores, el esfuerzo sin duda vale la pena y es muy efectivo.
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