Por Paula Avilés
Hay series que relatan con tal maestría la historia, que logran posponer cualquier otra distracción. Por eso quiero dejarles tres recomendaciones para aprender algo de lo que sucedió en el siglo XX en forma entretenida.
The Crown
Sin duda, una serie que no podrás dejar de ver si te gusta la historia tras bambalinas. La primera temporada comienza con el matrimonio de Isabel II y su posterior ascensión al trono en 1956, luego de la inesperada muerte de su padre (quien asumió como monarca luego que Eduardo VIII abdicó para casarse con Wallis Simpson). Durante esos primeros capítulos es muy interesante conocer cómo se forjó el carácter de la reina, la intervención de Winston Churchill en su formación y lo difícil que fue conciliar su vida personal y familiar con sus deberes como gobernante y cabeza de la iglesia anglicana.
Durante la segunda temporada, tenemos oportunidad de saber un poco más de los orígenes del Duque de Edimburgo (esposo de la reina), de cómo intenta tener un papel digno en las labores de palacio, y sobre la difícil relación con su hijo, el príncipe Carlos.
Claire Foy, quien interpresa a la reina Isabel durante las dos primeras temporadas, obtuvo un globo de oro por su actuación y también el premio como mejor actriz de televisión del sindicato de actores.
El director, Peter Morgan, decidió tener nuevos actores protagonistas para la tercera temporada que va desde los años 1964 a 1976. Oliva Colman da vida una madura Reina Isabel y Tobias Menzies a Felipe de Edimburgo. Durante los primeros capítulos, el cambio no convence, pero Colman –escena tras escena– se va convirtiendo en una monarca empoderada y segura de sí misma, dejando atrás a la vacilante Isabel de las primeras temporadas.
Notable también la actuación de Josh O’Connor, que interpreta al joven y tímido príncipe Carlos, que en este periodo conoce a Camila Shand (después Parker-Bowles) y batalla con las expectativas que hay sobre él como futuro rey. Imposible no empatizar con el personaje.
Versalles
La serie comienza cuando Luis XIV decide construir un gran palacio en la zona de Versalles, a 50 kilómetros de París. Lo más destacable es la impresionante producción –la más ambiciosa de la televisión francesa–, que muestra las bellas instalaciones del quizá palacio más hermoso del mundo, un impecable diseño de vestuario y un excelente trabajo de maquillaje y ambientación.
Uno de las principales razones por las que Luis XIV decidió instalarse en Versalles fue llevar a las familias nobles a vivir ahí, como una forma de mantener a raya a la nobleza y evitar sublevaciones. El relato nos adentra en las intrigas políticas de la corte, sus interminables noches de fiesta, los excesos y el comienzo del disgusto del pueblo de París que se sumía en la pobreza.
Notable la actuación de Alexander Vlahos, quien interpreta a Felipe I de Orleans, el hermano menor del rey. Su abierta homosexualidad y su relación de amor-odio con su hermano son sin duda un aporte a la serie.
Versalles a veces se puede tornar un poco lenta y monótona, pero sin duda es el reflejo de un periodo extraordinariamente importante en la historia de Francia, y solo por eso vale la pena ver las tres temporadas que ya están disponibles.
Los últimos zares
Quizá el mayor mérito de esta docu-serie, de sólo 6 capítulos, es su formato que va entrelazando la dramatización del reinado del zar Nicolás II con entrevistas a expertos historiadores que explican cada momento político y sus consecuencias.
A lo largo de los capítulos va quedando en evidencia, cómo las malas decisiones del Zar y su imposibilidad de ver la necesidad del pueblo (que tenía hambre) lo llevaron hasta su trágico final, y el término de una de las monarquías más antiguas de Europa.
Los rusos han hecho fuertes críticas a la producción, acusando errores evidentes como un plano que muestra la Plaza Roja con el mausoleo de Lenin presente. Otros han criticado fuertemente las escenas de sexo, las joyas falsas y una pobre producción de vestuario.
Punto a parte es la historia del monje Rasputín, un personaje polémico e intrigante que jugó un rol preponderante por su influencia sobre el matrimonio real.
No obstante, las críticas, es una serie digna de ver para los amantes de la historia y un puntapié para investigar más allá de lo que nos entrega la pantalla.
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